martes, 16 de septiembre de 2008

No habrá nunca una puerta. Estás adentro
Y el fortín abarca todo el universo
Ni externo muro ni secreto centro.
Y no tiene ni anverso ni reverso
No esperes que el rigor de tu camino
Que tercamente se bifurca en otro,
Que tercamente se bifurca en otro,
Tendrá fin. Es de hierro tu destino
Como tu juez. No aguardes la embestida
Del toro que es un hombre
No existe. Nada esperes. Ni siquiera
En el negro crepúsculo la fiera.

Adaptación de LABERINTOS, de Jorge Luis Borges

Angélica Ortíz